24 de noviembre de 2009

* ¿Un gestor cultural ideal?

Aquí planteamos cómo debería ser un gestor cultural, cuáles serían sus cualidades imprescindibles para cumplir su rol con eficiencia y eficacia. Subrayamos:

1. Sensibilidad: para percibir al otro, al destinatario de su acción.
2. Formación: el carácter pluridisciplanario de la s tareas hace imprescindible un grado elevado de formación tanto en alguna disciplina humanística como en gestión.
3. Apertura intelectual: para estar dispuesto al cambio y a la innovación, a las propuestas diferentes, las posiciones cerradas son lo peor para una gestión en cultura.
4. “Oído”: se vincula a sensibilidad y apertura intelectual, y es la disposición a escuchar al otro para lograr objetivos comunes.
5. Reflejos: para reaccionar ante lo inesperado, lo sorpresivo, lo impensado, que es bastante común en el campo de la cultura; para improvisar.
6. Capacidad de adaptación y organización: indispensable para adecuarse a realidades cambiantes, a equipos de trabajo (los gestores individualistas se agotan rápido).
7. Paciencia: a menudo, los resultados tardan bastantes en llegar, los procesos son lentos...
8. Actitud de servicio: se trabaja por un proyecto y para la gente, no para la satisfacción del propio ego (no está mal que el trabajo nos satisfaga, pero no es ese el fin).
9. Creatividad: indispensable para resolver situaciones nuevas, para generar acciones.
10. Comprensión de lo administrativo: el gestor ha de lidiar con burocracias de toda índole, oficial y privada, y tiene que estar preparada para hacerlo con, habilidad... y paciencia.

ARIEL OLMOS, Héctor. Gestión cultural y desarrollo: claves del desarrollo. Madrid, AECID, 2008. Colección Cultura & Desarrollo. (Versión digital)

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